1- Amplificación y sobre-exposición de episodios de inseguridad (reales, existentes, aquí y en el resto del mundo) a través de los grandes medios de comunicación, en particular y por la potencia del relato a través de la imagen, de las señales televisivas y de cable – en este caso generando el efecto de una perversa cinta de Moebius, y digo perversa porque es muy dañino para el individuo y para el tejido social, amanecer, levantarse, enfrentar la tareas diarias laborales que implican la salida a la calle, notificándose o anoticiándose de robos a domicilios (con o sin sus habitantes), asesinatos, cortes y protestas. Esto no supone ningún grado de información precisa y clara, sino un ensañamiento cruel con el ser que debe salir y que por efecto de estas transmiciones, lo hace sometido al temor que ese afuera representa. He ahí la función del miedo: Generar la desconfianza entre ciudadanos – el otro es un sospechoso, un enemigo-, además de la idea de que el caos reina en la ciudad de la furia.
2- Sin desconocer que el aumento de precios es visible, constatable, y que la inflación es un tema que el Gobierno debe revisar, puede advertirse también en estos temas la intención de crear un cuadro de situación en el cual la inflación se presenta como ya en su fase de espiralización, con recesión y sin producción, lo cual es falso. Ligado a este dato, la idea de que esta situación económica se debe a las políticas económicas implementadas desde el Gobierno Nacional, basadas en una apuesta fuerte al gasto público y la redistribución del ingreso, políticas que acentuarían – según la ortodoxia y sus voceros - el clima inflacionario y recesivo. Distinto es el tema del aumento de precios: Allí el Gobierno Nacional no es quien forma la cadena de valores de precios, sino los grande Supermercados e Hipermercados que hasta le imponen, para exhibir en góndola los productos, los precios de compra a los productores con plazos de pagos excesivamente laxos. Quizás el Gobierno debería comenzar a exigir estructuras de costos a las empresas y a las cadenas de híper y supermercados para contar con datos precisos y así elaborar un cuadro de análisis de precios reales y en consecuencia realizar acciones específicas sobre esta cuestión.
¿Cómo se observa aquí la hilación con el clima destituyente? Bien, los sectores económicos fácticos están intentando, desde hace tiempo, regresar a políticas ortodoxas de ajuste y devaluación, mediante las cuales volverían a contar con pingües ganancias sin la necesidad de invertir ni producir, abriéndose al capital financiero trasnacional y con las ya vividas consecuencias dramáticas sobre el conjunto de la población. Digamos: reinstalar lo que se ha definido ya como Capitalismo Financiero. Dejemos aquí, y para otro análisis, la estructura de fuerte concentración de la economía nacional.
3 – La articulación de manifestaciones caceroleras, para nada espontáneas y convocadas desde una fuerte organización en las redes sociales, aglutinadas en base a los temas que se han descripto, más el concepto instalado de “cepo cambiario” y trabas para salir del país, ideas-fuerza propaladas por el multimedios en el mismo sentido de esa infinita cadena de repetición acuciante – se prepara un cacerolazo para el 8 de Noviembre, casi un mes antes del 7 del Diciembre, fecha en la que los grupos empresarios de comunicación, especialmente Clarín, deben ya haber presentado sus propuestas de adecuación a la Ley de Medios de Servicio Audiovisuales, ley votada por el Congreso Nacional y frenada, para Clarín y por una cautelar, en su art. 161 – con los caceroleros que se manifestaron en Georgetown, movilizados por operadores económicos representantes de los fondos buitres, junto a la planificación de un cuestionario basado en la mismas consignas sobre libertad de prensa, inflación e inseguridad con las que un Grupo de Operadores Políticos liderados por el ex funcionario en el área de Educación de Pro, el hoy joven estudiante en Harvard Juan Ignacio Maquieyra, recibieron a la Presidenta en esa Casa de Estudios. Así entonces, el clima de caos institucional, falta de libertad de prensa e inseguridades varias, trascendió las fronteras del país y la región sudamericana.
4 - La explosión de las protestas de Gendarmes y Prefectos generadas por la implementación de un decreto inspirado en la idea de que los rangos sub-alternos e inferiores de la fuerza no percibieran una diferencia abismal en sus salarios con la oficialidad, decreto que tendía a ordenar los escalafones salariales, y que debido a una liquidación de sueldos a la inversa, redujo los ingresos de los rangos inferiores, produjeron el malestar, el reclamo, la protesta, la ruptura de las cadenas de mando, y nuevamente la idea de caos, y en este caso con implicancias muy sensibles para nuestra sociedad que vivió en 1987 y 1988 dos alzamientos o motines militares. ¿Dónde aparece aquí la idea destituyente? Quienes tuvieron a su cargo la liquidación de sueldos, teniendo en cuenta las especificaciones del decreto dictado por el Ejecutivo, fueron la misma gendarmería y prefectura, liquidación que se realizó en forma desastrosa y que motivó el reclamo que luego pasó a tomar otro cariz, ya con el paso de los días. Allí nuevamente las cámaras de televisión y los micrófonos de las radios de los medios dominantes apabullaron a la sociedad con la instalación de, otra vez, el imperio del caos, al cual se sumó el malestar de las fuerzas de seguridad con el Gobierno Nacional (recordemos que confluyeron en la protesta sectores de la Policía Federal, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y hasta la Armada) Hubo, entones, descabezamiento de las cúpulas de Gendarmería y Prefectura, responsables del conflicto, y pases a disponibilidad de voceros que en soledad insistían en un reclamo por salarios ya resuelto, y que ahora se sumarán a una posible concentración-paro de la CGT disidente de Hugo Moyano. Imposible olvidar la reaparición en la pantalla de TV, como para fogonear aquel viejo temor a los motines, de Aldo Rico en el programa de Samuel “Chiche” Gelblung.
5 – Finalmente el caso de la Fragata Libertad, retenida en Ghana por una decisión inconsulta y arbitraria del Capitán de la Fragata, Alberto Mario Blanco, quien notificó mediante nota al Ministerio de Defensa, el repentino cambio de puerto y destino “por razones operativas y técnicas”, de Nigeria a Ghana, sabiendo que en ese puerto la fragata podría ser retenida por acción de los Fondos Buitres, como ocurrió, y teniendo en cuenta también que durante la gestión de Nilda Garré al frente del Ministerio de Defensa, se dictaron estrictas normas para que la Fragata evitara puertos en los cuales la situación actual pudiera suceder, y limitando sus viajes a la región y el Caribe. Como denunció Horacio Vertbisky en su nota en Página 12, esto denota una creciente autonomización de la Fuerzas durante la gestión de Arturo Puricelli al frente del Ministerio de Defensa. Y aquí, nuevamente, ¿dónde se puede hallar esa intención destituyente? Bien, la profundización de las políticas de Derechos Humanos, la subordinación de las Fuerzas a éstas, y los juicios contra delitos de Lesa Humanidad perpetrados por integrantes de la última dictara cívico-militar, pueden ser un factor de malestar dentro de las fuerzas, por lo menos de la oficialidad con más antigüedad. Insisto, no es ser paranoide o conspirativo, pero apelando – y creo que vale – a la severa y sumaria historia antipopular de la Marina en particular, puede pensarse en una operación de desgaste de la imagen del Gobierno Nacional y de la Presidente en particular. Muchos son los beneficios, más allá del malestar político generado por las políticas de derechos humanos, que los marinos sienten perder con las limitaciones que fueron dictadas por la ex ministra de Defensa, Nilda Garré. Y nuevamente, renuncias: En esta oportunidad el Jefe de la Marina, Carlos Alberto Paz, y rumores de reclamos salariales en el arma.
Todo este panorama, apenas esbozado, nos permite pensar en operaciones políticas y económicas que se encuentran centradas en su fase de instalación de un continuo clima adverso y de desgaste hacia el Gobierno Nacional. El bochornoso bloqueo de la designación de Jueces naturales de la Constitución en el Consejo de la magistratura, protagonizado por sectores políticos del radicalismo, como Oscar Aguad, miembro del Consejo y que avaló con su firma el concurso que ahora impugna, y por sectores de la corporación judicial, reaccionarios a la democracia y al Gobierno Nacional, cuyas figuras que destacan en este escándalo institucional, son el consejero y camarista civil Ricardo Recondo (otra vez el doble standartd: Consejero y Juez) y el representante de la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA), Daniel Ostroposky, nos proporcionan elementos de análisis para sostener que las intenciones destituyentes hacia el Gobierno Nacional, elegido hace menos de un año, son serias y para tener en cuenta.